sábado, 6 de diciembre de 2014

¿Por qué es importante conocer nuestras raíces?

Un pueblo, una familia o una persona sin pasado, es como un árbol sin raíces. No posee vida, es frágil y cualquier viento lo puede derribar. Saber de dónde viene uno es fundamental para poder enfrentar los desafíos del  presente y del futuro. Es estar “bien plantado”, firme y seguro de todo lo que hemos sido, orgullosos de todo lo que somos ahora y confiado de todo lo que se deseamos ser para el futuro.

Reconstruyendo el pasado por Alberto Jiménez Rey
Todos los seres humanos necesitamos sentir la seguridad y el orgullo de nuestro pasado. Pues todo lo que hemos sido, como pueblo y como persona, explica lo que en la actualidad somos. Todos los pueblos del mundo tienen una antigua historia. Lo mismo que todas las personas y las familias tenemos un pasado que explica lo que estamos haciendo en este momento. Nuestra historia nos dice de dónde venimos, nos enseña a entender en dónde estamos ahora y nos permite pensar a dónde en verdad queremos ir.

Un pueblo, una familia o una persona que no conozca su pasado, se encuentran perdidos y desolados. Pues en el milagro de la vida, todos formamos parte de una continuidad genética, histórica y espiritual. Una larga cadena de cadenas que se entrelazan unas con otras, nos unen y nos fortalecen. Lo que hicieron, aprendieron y crearon nuestro ante pasado ahora es parte fundamental de lo que hoy somos, aunque a veces no lo entendamos puntualmente.

En la vida todo se da a través de un sistema de causas y efectos, muy pocas cosas son casualidades. Cuando uno conoce su pasado, y el pasado de nuestros padres y abuelos, y aún más, el pasado de nuestra Cultura, de nuestra Civilización; algo extraordinario acontece en nuestra conciencia y en nuestro interior.

Una fuerza muy poderosa que viene desde muy adentro y desde muy atrás, nos llega como esas crecidas de los ríos en las cuencas secas que, aunque no llueva en el plano y todo este árido, de las montañas baja el agua con una fuerza inaudita llevando la vida a los animales y a las plantas. De la misma manera, cuando uno conoce su pasado, tanto el personal, el familiar, como el de nuestra Civilización, una fuerza extraordinaria y poderosa llega hasta nosotros como un torrente de energía y confianza y se suma a nuestras vidas como un recurso más, para mejorar y darle sentido y orientación a nuestro existir y a nuestras familias. 


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